jueves, 13 de febrero de 2014

Intervención de Luis Gonzalez miembro de comité confederal ce CCOO

Intervención de Luis González
Hay que empezar por recordar las medidas que ha tomado el gobierno en los últimos meses. Además de los Presupuestos del Estado y de las diferentes Comunidades Autónomas y Ayuntamientos, todos ellos manteniendo y profundizando los recortes, hemos sufrido la subida del 0,25% de las pensiones (es decir, una nueva pérdida del poder adquisitivo de los y las pensionistas), la aprobación definitiva de la Ley Wert, la reforma de las pensiones, la nueva mini reforma laboral y  la nueva Ley de Administración local, que supone un recorte de 7.129 millones de euros en los gastos de Ayuntamientos y Diputaciones. Y una nueva congelación del Salario Mínimo.

A esto hay que sumar los proyectos dados a conocer: la ley contra el derecho al aborto, las leyes-mordaza (reforma del Código Penal y de la de la Ley de Seguridad Ciudadana), la anunciada ley de servicios mínimos contra las huelgas.
Han sido meses de graves ataques a derechos y conquistas sociales. Y la cosa amenaza con seguir. A esto hay que sumar la incesante campaña contra los sindicatos, con ataques en la prensa a diario, y que llegaba a su culmen (por el momento) con la ocupación policial  de la sede de UGT de Andalucía y la detención de todos los que estaban allí (porque detención, y no otra cosa, es encerrarlos en una sala sin dejarlos salir y quitarles los teléfonos móviles).
¿Hemos dado la respuesta adecuada? Muchos afiliados y cuadros piensan que no, que hay que hacer todo lo posible para parar esta oleada de ataques y que no podemos esperar a que en 2015 un hipotético nuevo gobierno las derogue (suponiendo que las promesas electorales se cumplan, porque recuerdo la frase de aquel que dijo que las promesas electorales comprometen sólo a quien se las cree).
Y es que los hechos demuestran que este gobierno, estos ataques, pueden ser derrotados. Ahí están las recientes victorias, la de los jardineros de Madrid, la de los vecinos y vecinas del Gamonal, las limpiadoras del Hospital Ramón y Cajal y  finalmente, la de la sanidad de Madrid. Estas victorias están en la conciencia de la gente, que sabe que si la movilización se lleva hasta el fin, puede ganar.
En estos meses no hemos dado a estos ataques la respuesta que merecían. Y corremos el peligro de perder, de nuevo, el control del conflicto social, como ya nos ocurrió con el 15-M. Ahí está la marcha del 22 de marzo, que puede reunir a mucha gente, y suponer una comparación desfavorable con las movilizaciones que promovemos para el 3 de abril.
Hay que cambiar de orientación. Tenemos que dirigirnos a la UGT y a nuestros aliados de las plataformas sociales para proponer un plan de movilizaciones fuertes y continuadas, hasta obligar al gobierno a ceder, a retirar las medidas en proyecto y a derogar las ya impuestas.
Para terminar, una consideración sobre la cuestión de Cataluña. Está bien tener una propuesta de organización federal o confederal del Estado, para mantener la unidad de la clase trabajadora y la defensa unida de las conquistas sociales y laborales, pero ante todo hay que pronunciarse sobre una cuestión muy concreta. Se va a convocar una consulta. Y CCOO tiene que decir qué opina, si el pueblo catalán tiene o no derecho a decidir o si se le impide. Debemos decir alto y claro que defendemos el derecho democrático a decidir del pueblo catalán y de todos los pueblos, porque sólo así, desde la libertad de cada uno, podemos mantener la unidad de nuestra clase.


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